Llevo unos días sin entrar en el blog. En parte ha sido porque he estado unos días en una ciudad muy especial para mí, Lisboa. Lo mío con esta bellísima ciudad ha sido amor a primera vista ya hace cinco años, la primera vez que fuí. Ahora voy cada vez que puedo y cada vez me encandila, aún si cabe, más. Adoro callejear por sus pintorescas calles, sentarme en la terraza de A Brasileira y disfrutar de las actuaciones artísticas más variopintas y espontáneas que van surgiendo en el Chiado, dar un paseo por la vera del Tajo hasta la Torre de Belém mientras saboreo los "famosos pasteles"... Y es que pocas ciudades, al menos para mí, desprenden el encanto de la ciudad lisboeta.
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